Que no estaba muerta, que estaba de parranda

¡Hola, artemaníacos!

Jordi Cruz con una camiseta que fácilmente podría ser de The Mighty Boosh.

En realidad sí estaba muerta y no de parranda, porque pasé 24 horas en la cama muriendo de una gastroenteritis, pero bueno, ya sabéis, bicho malo nunca muere. En fin.

Que sí, que hace milenios que no actualizo, lo sé.

Pero luego cuando actualizo no comenta NI VUESTRA PUTA MADRE, EH, GRACIOSOS.

Da igual. Podría deciros que estoy ocupada estudiando, pero mentiría como una perra.

Cuando tenía el pelo largo el parecido era más que razonable.

A ver, "ocupada" estoy, pero ni de coña estudiando, más bien perdiendo el tiempo por las calles y diseñando logos para candidaturas a delegaciones y esas cosas.

Andy Warhol triste porque no tiene ni la mitad de mi creatividad.

Y probando crepes, claro. Mi conocimiento sobre los crepes y los gofres de la zona del casco antiguo de la ciudad es algo que debo mantener y poner en mi currículo. Os informo gratuitamente de que por ahora lo mejor en relación calidad/precio en cuanto a crepes es Yowoor, que es un sitio de yogur helado, pero yo esa mierda no la como.

Victorio y Lucchino seal of approval para el crepe de Yowoor.

Victorio y Lucchino a punto de potar tras pensar en yogur helado.

Pero bueno, este es un blog de moda...

Vale, no, no cuela, pero a veces hablo de ropa, ¿no? Así que os voy a presentar la mejor compra del mes: EL CAPONCHO.

Sí, lo sé, la jodida foto del año. Ni la niña de los ojos verdes de National Geographic.

Esta maravilla de la ingeniería del corte y la confección no es mucho más que una manta cortada y con un par de dobleces y tres botones, pero eso en el amor no importa.

Y bueno, se llama caponcho obviamente porque mezcla un poncho con una capa.

¿Cuán genial es eso? Mucho.

It's impossible to be unhappy in a poncho!

(Yo sigo metiendo referencias a The Mighty Boosh como si las fuerais a pillar, pero vamos, el problema es vuestro)

En fin, el caso, que ese caponcho es un elemento básico no en el armario, sino en la vida de cualquiera que quiera acercarse a la felicidad. Eso y unas chelsea boots con brillitos, que estoy a poco poquísimo de comprar en ebay, porque yo soy así de valiente.

Adaptación cinematográfica de mi vida.

Pero bueno, la cosa es que estamos en Navidad.

Demasiada gente me ha comparado con este bicho como para dejar de ponerlo.

Y la Navidad significa tres cosas muy buenas: COMIDA, REGALOS Y VACACIONES.

Si no te gusta la Navidad, pues vale, pues te vas a tu puto agujero de marginado social o algo, pero a mí me dejas en paz con tu vida de mierda y que te den a ti y a todo lo que representas. 

Joder.

Tío.

Fuck you.

La parte de la comida ya la han suplido mis abuelos al comentar que han comprado un jodido jamón pata negra, causándome así un shock anafiláctico y un poquito de síndrome de Stendhal.

Ham was my first loooove, and it will be my laaaaaaast ~

Así que ahora estoy sumida en la dura tarea de ver qué quiero comprarme, porque soy una niña blanca privilegiada, as you already know.

Por ahora sé que quiero el Journey para la PS3 porque los juegos a lo experimental me vuelven loca del coño. De hecho acabo de descubrir uno que se llama The Unfinished Swan y ya con ese nombre sin sentido me tiene ganada.

Aquí la reacción de esos que van de guays por creerse hardcore gamers o yo qué sé qué problema tienen en las pelotas.

 Y luego pues también quiero ropa glam, hortera, y esas cosas, así que probablemente en un futuro no demasiado lejano tenga nuevas prendas con las que deleitar vuestros kitsch ojos. 

Y como aún no tengo nada de esto y todo lo que he hecho este finde es retorcerme de dolor y matar gente en el Assassin's Creed (en el uno, señores, porque yo voy a mi puto ritmo), me voy a ver si puedo cenar algo que no sea caldo o jamón york, que a la quinta, cansan.

Altair is so tired of your shit...

Ea,  adiós.

Toma fucking hada en 3D con brillitos pa' tu cara.