Vamos a ver, mamonazos.
En este preciso momento, mi anterior entrada tiene 164 visitas. Un número bonito, ¿no? Así. Redondo. O algo. Bien.
¿Cuántos comentarios?
DOS.
Uno de ellos MÍO.
¡¡!!¿¿?!"!·1!!¡
Ni Zac Efron os entiende. |
VAMOS A VER.
Un poquito de feedback o algo, ¿no? ¿Eh? ¿EH? Que me dejo yo aquí los cuernos guardando gifs absurdos en marcadores y luego intentando hilar la cosa para que pegue meterlos en algún lado (o metiéndolos sin que vengan a cuento, la verdad, pero es un trabajo igualmente) y lo más que consigo es un favorito aleatorio en el tweet en el que digo que hay una nueva loncha. Cojones. Dejadme un "ola me a gustao"* o un "Menuda puta mierda" o yo qué sé, pero dad señales de vida. Que me alienáis, coño, me alienáis.
Yo, ALIENada. |
Joder, me obligáis a hacer cada chiste que vamos...
"Pero si nosotros..."
¡No me cambiéis de tema, malandrines! ¡A callar!
Diva, reina, diosa, cosa bonita. |
Hablando de aliens, quiero presentaros a mi novio: Se llama Garrus, es un turian y ha estudiado cómo mantener relaciones para que sean satisfactorias para los dos (anda, mira, algo de lo que los machos humanos podrían aprender).
Hey, babe, wanna calibrate? |
Bueno, en resumen, que comentéis, me cago en la hostia ya, que yo escribo estas mierdas porque quiero atención y veneración. Obviamente.
En fin, tras este mensaje de nuestros patrocinadores (mi ovario izquierdo y mi ovario derecho) paso a presentaros uno de los mejores vestidos que he comprado jamás y que junto al traje de mi Garrus y algo que veréis más adelante, explica el título de esta entrada.
El vestido tiburón.
Ahí está, el tiburón. Se la llevó, el tiburón, el tiburón ~ |
Ah, la objetificación de la mujer en los videoclips...
Si alguno de los presentes está interesado en comentar que mi vestido no es un tiburón porque no tiene ojos ni aletas o cosas así, le invito amablemente a observar estas viñetas:
Si os hace ilusión comeros una polla, cambiadlo por algo que os dé asco. A vuestra imaginación lo dejo. |
"¡Pero tenemos derecho a expresar nuestra opinión!"
No. No tenéis. |
El caso, esta maravilla del diseño textil me la he comprado en Romwe (¿necesitáis un link, vagos de mierda? Venga, nada, mami os lo da todo masticadito: aquí está), una tienda que cuando tiene rebajas deja de ser CARA DE COJONES para pasar a ser aceptable o incluso ¡barata! Si no recuerdo mal, me costó unas 10 libras (¿Otro link para saber cuánto es en euros? Sí, y tu culo un futbolín), pero me gusta pensar que no me costó nada, porque lo compré con dinero que iba a usar para el regalo de Navidad del Capullo de mi Ex™. Ahora tengo un vestido magnífico y estoy fuera de una relación tóxica. ¡2x1!
Hablando de regalos, os voy a dar un truco que os va a facilitar mucho la vida. Sé que a todos os pasa que un día os levantáis con unas ganas irrefrenables de hacerme un regalo. Lo entiendo, soy genial y merezco todo lo bueno que el dinero pueda comprar (y lo que no pueda, también). Pero claro, el problema es, ¿qué regalarme? Pues os lo voy a decir:
Merchandising de Doraemon.
Es probable que, inocentes, inconscientes, jóvenes que sois, estéis ahora mismo intentando encontrar una razón lógica por la cual me gusta el merchandising de Doraemon, así que os voy a ahorrar el terrible esfuerzo mental y os voy a decir que no tengo ni puta idea.
Julian Rhind-Tutt puede hacerme la cera y luego si eso puede hacerme MUJER. |
A ver, os explico: A mí Doraemon, como serie, me da un poco igual. Y como concepto, como personaje, como todo. No soy una gran fan ni nada. Nobita me cae como el culo y Doraemon a veces está muy alelado. Pero por alguna razón, no sé si simplemente porque sí o por la combinación de colores que suelen usar o por algún trauma infantil que ojalá nunca descubramos en qué consiste, daría todos mis pintauñas e incluso mi rizador de pestañas por tener un mogollón de cosas Doraemon-themed. Es que no os podéis hacer una idea de la ilusión enfermiza que me hace. No lo podéis imaginar. En serio.
"Pero, Rebeca, ¿estás de coña?"
No. |
No lo estoy. |
Y porque no tengo aquí mi bonobús, pero tiene pegada una pegatina gigante de todos los personajes montados en un dragón. La belleza.
Los pendientes me llegaron hace nada y, en fin, si vosotros creéis que habéis gastado 2 libras en algo mejor en toda vuestra vida, contádmelo, que probablemente no os dé la razón. Cuándo le he dado yo la razón a alguien en algo, vamos. Ja. Seamos realistas.
Los pendientes me llegaron hace nada y, en fin, si vosotros creéis que habéis gastado 2 libras en algo mejor en toda vuestra vida, contádmelo, que probablemente no os dé la razón. Cuándo le he dado yo la razón a alguien en algo, vamos. Ja. Seamos realistas.
Ay, algún día haré un outfit inspirado en Doraemon y bueno, mi vida después de eso no tendrá sentido pero me conozco y sé que me dará bastante igual. Quién quiere sentido cuando tienes un vestido con la cara de Doraemon.
Bueno, otro par de pendientes que me ha llegado hace poco es este:
Accesorio: Pendientes largos. +4 en elegancia con pelo corto. |
He dicho par y os he enseñado solo uno para dejar algo a la imaginación. Nah, era por no hacer otra foto (porque sí, lo de sacar las fotos de mi propio Instagram va para algo), habéis visto la ropa que me pongo, sabéis que me importa muy poco no dejar nada a la imaginación, porque, francamente, estoy más buena de lo que os podríais imaginar.
Beyoncé intentando infructuosamente ser yo. |
En fin, en la próxima loncha quizás os hable de mi camiseta mágica que me hace tetas enormes, de las medias del Primark o yo qué sé, igual me voy a lo típico y os hablo de que madrugar es horrible y de que me da mucha pereza salir a comprar. Seamos sinceros, puede ser cualquier mierda, esto se suponía que iba de moda y la mitad de las veces me he pasado esa premisa por el forro.
Bueno, os dejo que tengo hambre.
Hambre de hombre. |
Saluditos.
*Al que tenga los cojonazos de comentar "ola me a gustao" le arranco los genitales y los uso como base para una corona de flores. No preguntéis cómo porque no lo queréis saber.