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viernes, 26 de octubre de 2012

Bandolero, justiciero, cabalgando siempre va y es Don Dinero. O algo así, ¿no?

DISCLAIMER: En esta loncha no hay fotos mías con atuendos porque no me da la gana. Bueno, porque no me he puesto nada especialmente hortera guay hoy pero aun así me sale del mismísimo escribir, que este sándwich es mío y me lo como cuando quiero.

Pues resulta que esta mañana le he metido dinero al bonobús y la máquina ha decidido que una moneda de 50 céntimos equivale a una de 1 euro y la muy cabrona me ha devuelto 7,50 en vez de 8 euros. Never forget, Tussam, NEVER FORGET.


Imaginadla ardiendo con el Dies Irae de fondo, por favor.
Naturalmente, el descontento me dura desde entonces (las putas 8 de la mañana) y ahora acabo de llegar del Lidl de comprar chicles de fresa y estoy mascando tres a la vez con un precioso outfit llamado "Decadencia venida a menos", consistente en bragas de caniches con un agujerito que debería tirar ya a la basura, calcetines y un jersey de hombre que compré en el Zara del Factory de Dos Hermanas (apuntad el nombre, nenas, es una shop muy in) que una vez una persona que me da mucho asquito halagó (si me seguís en Twitter desde hace tiempo y os digo su color de pelo y su sexo sabréis de quién hablo).


Hasta aquí, todo información que os la pela.
Aquí mi información pelándoosla
DISCLAIMER: La información que sigue también os la pela.

El caso es que me he dado cuenta de que la vida está muy cara. 
Fui al Lidl con 5 euros mal contados y una cara de drogadicta que más la quisiera Keith Richards y allí compré, además de los chicles, una bolsa de dentaduras de fresa y (como soy gilipollas y nunca miro qué hay en el frigo) un paquete de jamón york exactamente igual al que ya había en la nevera. 

Me dirigí a la caja con estos tres ítems y volví a casa con ellos y menos de 20 céntimos en el bolsillo del pantalón.

¡Eh eh eh eh eh eh eh eeeeeeeeh, Lois, este no es mi vaso de Batman!
Atención señores, señoras, mamá, que seguro que lees esto: Casi CINCO EUROS (lo que me costaron los leggings berlineses o la manta de Doraemon con la que me estoy cubriendo las piernas ahora mismo porque los pantalones están un poco en contra de mi religión) en chicles, un paquete de jamón york y otro de dentaduras. 

O sea, me estáis diciendo que esas tres nimiedades se pueden comparar con ESTO:

No voy a comentar nada porque claramente no hay NADA que comentar

Vivimos en un mundo en el que chicles y jamón york y dentaduras con colorante hecho de cochinilla tienen el mismo precio que una manta de Doraemon.

Pues yo, amigas, no quiero vivir en ese mundo.

Imagen del mundo en el que no quiero vivir.
Pero como no me queda otra, pues nada, ya sabéis lo que se dice.

En fin, como regalo por haber leído esto sin esperar verme el escote, una foto mía en mis años mozos:
I can kill you with my brain

Así que nada, voy a ducharme que estoy aquí cogiendo fresquíbiri.
Fresquíbiri es una palabra que me gusta mucho, algún día haré una loncha sobre vocabulario guay y frases de mi abuela (e.g.: "Mi chochito de oro").
Ea, que tengáis muy buenos días, y si no pilláis la referencia a Firefly de la leyenda (Blogger lo llama así, a mí no me miréis) de la última foto, pues de puta pena, gurls.